22 de octubre de 2012

La nave Post Panamax +MSC Inés recaló en Puerto San Vicente

El MSC Inés impresiona desde donde se lo mire. Atracado en el puerto de San Vicente es casi una atracción turística por estos días.

Para tener una idea de sus dimensiones valga destacar que tiene 348,5 metros de eslora y una manga de 48,2 m y en su cubierta podrían caber perfectamente tres canchas de fútbol. Esta es la primera vez que la gigantesca nave toca puertos chilenos. Tras recalar en Iquique y San Antonio, arribó a San Vicente la madrugada de ayer y emprenderá de nuevo regreso por estos mismos puertos en la tarde del lunes, para seguir a Perú, a Manzanito (México) y luego cruzar todo el Pacífico hasta llegar a Hong Kong, Shanghai, y otros puertos asiáticos incluidos algunos en Japón, simplemente porque debido a su tamaño no puede cruzar por el Canal de Panamá.

Es un viaje de 18 días a una velocidad promedio de 18 nudos. La máxima que alcanza es de 40 nudos. Nicolai Kapov (54), contramaestre del MSC Inés, relató que la tripulación está conformada por 22 personas de cinco nacionalidades; croatas, griegos, italianos, de Montenegro, Samoa e Indonesia. La jornada de trabajo es de dos meses de navegación y dos de descanso, regularmente.

El buque portacontenedores pertenece a la línea Mediterranean Shipping Company (MSC) la segunda más importante a nivel mundial después de Maersk, operando actualmente 450 naves. Felipe Barison, gerente general de San Vicente Terminal Internacional (SVTI) destacó que la presencia de estas naves será cada vez más frecuente en los mares y en los puertos chilenos: "Este terminal llevaba varios meses atendiendo naves que superaban los 330 m de eslora, sin embargo, atender ésta, aún de mayor tamaño, pone a prueba todos los sistemas asociados tanto al practicaje y atraque así como también a nuestros sistemas de amarre y operación, manteniendo consecuentemente al puerto de San Vicente y a la Región del Bío Bío como líderes en el contexto portuario".

Asimismo, su gran tamaño, el que obviamente permite embarques de mayores cantidades de contenedores exige que tanto la recepción como el apilamiento de grandes partidas que se importan y exportan en ellas, se realice en forma muy acuciosa con el apoyo de modernos sistemas de información de manera de asegurar la estabilidad de la nave así como también el flujo expedito de las cargas.